Puertos de contenedores de EE. UU. se preparan para un aumento de carga debido a la perturbación del Mar Rojo

Los puertos estadounidenses, podrían ver un aumento en los volúmenes de carga en las próximas semanas a medida que los transportistas desvíen la carga para evitar la perturbación del Mar Rojo por los ataques de los hutíes al transporte marítimo.

La Oficina de Carga Multimodal del Departamento de Transporte de EE. UU. realizó una llamada con las partes interesadas para discutir problemas e interrupciones en la cadena de suministro de EE. UU. debido a la situación en el sur del Mar Rojo y el oeste del Golfo de Adén. Mientras la Administración Marítima destacó la amenaza actual a los buques comerciales en el área; los participantes de la industria informaron que están comenzando a ver desafíos aislados y anticipan una mayor congestión en algunos puertos de contenedores de EE. UU. en las próximas cuatro a seis semanas debido a que los transportistas desvían la carga para evitar el Mar Rojo.

Tanto el gobierno federal como las partes interesadas de la industria discutieron cómo sus experiencias al lidiar con los cuellos de botella de la cadena de suministro durante la pandemia de COVID-19 los están ayudando a superar los desafíos actuales. Esto es particularmente útil para prepararse para una posible afluencia de transportistas que se dirigen a los puertos de Los Ángeles y Long Beach.

Está demostrado que la interrupción de la cadena de suministro provoca congestión en los puertos debido a horarios inciertos de los buques y escasez de equipos provocada por el desplazamiento de contenedores vacíos.

Los volúmenes de importación de contenedores de Estados Unidos se han salvado en gran medida de la perturbación en el Mar Rojo, considerando que solo una pequeña parte de las importaciones de contenedores pasan por el Canal de Suez. 

Los puertos y las redes de transporte interior de Estados Unidos funcionan actualmente con normalidad. No hay portacontenedores atascados en los puertos de Los Ángeles y Long Beach, una ventaja significativa en comparación con hace dos años, cuando aproximadamente 100 barcos esperaban para ingresar a estos puertos en el punto álgido de la congestión portuaria.